¿Cuántas veces nos han resonado en la mente las palabras del filósofo Heráclito: “Lo único constante es el cambio”?

Seguramente muchas, ¡y más en tiempos de pandemia! Sobre todo cuando nos resistimos a realizar esos cambios que sabemos necesarios, pero que a la vez no son tan sencillos.

De la mano de esta frase, veo la palabra “RESILIENCIA”, y es que, desde mi perspectiva, la clave del éxito de muchas personas y empresas es que han sido resilientes y han sabido adaptarse a las nuevas condiciones que se han establecido en su camino.

Podemos observar cómo todo a nuestro alrededor se transforma. No cabe duda de que nuestro entorno ha cambiado durante las últimas décadas en múltiples aspectos, para bien o para mal, de manera precipitada.

Históricamente, hemos enfrentado innumerables adversidades, las cuales se han superado con ingenio y tenacidad. Siempre encontrando nuevas maneras para alcanzar nuestras metas a través de la innovación, creatividad y reinvención. El deseo constante de obtener mayores beneficios, nos ha impulsado a desarrollar nuevas habilidades y aptitudes con el objetivo de destacarnos entre la masa o no quedarnos rezagados. Por lo tanto, está comprobado que un ambiente de crisis puede ser la incubadora de nuevos éxitos, todo depende de cómo decidamos tomarlo, de las habilidades que tengamos o de nuestra disposición para desarrollarlas.

El hecho de salir de la zona de confort genera incomodidad, pero también nos empuja a ser mejores. Un ejemplo reciente y tangible de lo que ha ocasionado la pandemia es el rápido crecimiento del e-Commerce, que, a pasos acelerados ha tenido que adaptarse para satisfacer los requerimientos de sus clientes y el hecho de hacerlo le ha permitido, crecer en un año, lo que proyectaban crecer en cinco. Sin duda, algunas empresas han obtenido mayores beneficios de los que habían imaginado gracias a su velocidad de reacción y adaptación.

Las condiciones de los mercados globales, el progreso de la tecnología y la nueva normalidad, generan rupturas de los esquemas tradicionales que conocíamos. Es imprescindible ser innovadores, adaptarnos, adecuarnos a los cambios y generar estrategias de mejora continua.

Otro ejemplo está en el sector educativo, el cual no se ha quedado atrás. Actualmente, el e-learning se está transformando, generando contenidos de valor. Su oferta y alcances son tan amplíos que van desde ofrecer programas a estudiantes autodidactas, empoderados y autogestivos, así como también herramientas de capacitación para empresas pequeñas, nacionales y transnacionales que desean seguir creciendo.

Esto quiere decir que, hay grandes oportunidades para entrar en el mercado del e-learning. Además, hoy tenemos la posibilidad de llegar a rincones del mundo donde antes no era factible acceder, Hoy podemos hacerlo con menos recursos económicos y en tan sólo algunos clics.

Se lee fácil, pero ¿lo es?

En mi experiencia puedo decir que el primer paso siempre es el más complicado porque es romper la resistencia al cambio. Una vez que tomas la decisión, el siguiente paso es crear un plan de trabajo para saber cómo llegar a ese punto. A veces este paso puede ser el más complejo porque, aunque tenemos muchas ideas, no es sencillo ponerles un orden y saber dónde comenzar. Afortunadamente, existen muchas plataformas y mecanismos que te pueden proporcionar el apoyo y acompañamiento personalizado para que no te pierdas en un mundo de información y puedas darle estructura a tu proyecto.

Hoy en día existen múltiples formas de adquirir habilidades digitales, desde videos, e-books, blogs, podcast, entre muchos otros. El primer paso es que tengas claro qué deseas aprender o desarrollar. Una vez que tengas clara esta respuesta, podrás sumergirte al mar de información que existe en internet, pero sin perderte ni abrumarte ya que tienes un objetivo claro. Optimiza tu tiempo enfocándote en búsquedas relacionadas con tu tema.

Leer o ver tutoriales no significa que ya hayas desarrollado una nueva habilidad, así como sólo leer acerca de natación sin nunca antes haber nadado, no significa que ya sabes nadar. ¿Cuál es el siguiente paso? Practicar. “La práctica hace al maestro”, como alguna vez nos dijeron en la escuela, y es que es cierto. La única forma para adquirir y desarrollar una habilidad es que lo practiques constantemente. Te darás cuenta de que tendrás dudas y tal vez necesites releer o hacer una nueva búsqueda, pero sólo así realmente desarrollarás estos nuevos procesos cognitivos.

Introducir nuevas habilidades a nuestras vidas requiere perseverancia y paciencia. No olvides ser gentil contigo mismo al estar aprendiendo algo nuevo y no está mal pedir ayuda o asesoramiento. Cualquier proceso de aprendizaje no es instantáneo. Recuerda cuánto tiempo te llevó aprender a leer, caminar o andar en bicicleta. Este proceso no tiene que ser lento y tortuoso ya que hay infinidad de herramientas que te pueden ayudar a transitar este proceso, sólo basta desear aprender y un poco de disciplina.

Como ya te habrás dado cuenta, el adquirir más conocimientos y competencias es imprescindible. Los humanos somos seres sociales y no podemos ser ajenos a lo que está pasando a nuestro alrededor. Necesitamos ser flexibles, romper nuestros paradigmas, crear otros esquemas que nos permitan tener nuevas perspectivas y reaccionar en tiempo y forma. Este challenge no se limita sólo a adquirir habilidades duras, sino también a seguir desarrollando nuestra inteligencia emocional desde que decidimos salir de nuestra zona de confort para tomar riesgos en búsqueda de oportunidades más atractivas que nos traerán mayores beneficios y satisfacciones.

Cada crisis es una oportunidad para crecer. Paralizarnos ante el miedo y la frustración o evolucionar, es nuestra decisión.