Hoy día seguimos enfrentando uno de los mayores retos en la historia moderna de la humanidad, una pandemia que no ha hecho discriminación de clase social, de edad, color de piel, ni de género. Un golpe a prácticamente todas las áreas de la vida, pero sin duda alguna, una de las más afectadas ha sido la economía.
Derivado de este contexto, las empresas se han visto obligadas a evolucionar, adaptarse a la nueva dinámica del mercado y utilizar herramientas digitales. Pero los cambios no sólo han sido en cuestiones tangibles, también se ha visto de manera más clara el papel tan importante que juegan las habilidades blandas en los negocios, así como en el toque personal que le imprimimos a nuestros productos o servicios.
Pero, ¿qué son las habilidades blandas? Éstas son las destrezas que van relacionadas a la inteligencia emocional y a las actividades sociales, es decir, la capacidad que tiene una persona para interactuar a nivel personal de manera efectiva frente a la sociedad y dentro de los contextos profesionales.
Mientras que las habilidades duras están directamente relacionadas con las competencias propias de las tareas a realizar por la persona, las habilidades blandas se enfocan en el desempeño social, manejo emocional y comportamiento de la persona.
En estos tiempos de crisis es necesario identificar cuáles son las habilidades blandas clave para poder atender las demandas laborales; desarrollar aquellas que impulsan la inteligencia emocional y aquellas que están enfocadas en desarrollar ciertos valores y rasgos que fomenten la relación efectiva con las personas que lo rodean.
Existen un sinnúmero de habilidades blandas, a continuación revisaremos 10 habilidades que en estas épocas de pandemia se han vuelto primordiales:
– Inteligencia emocional: ante las situaciones de la vida, las personas normalmente reaccionamos ya que tenemos sentimientos y emociones, derivado de la pandemia, en ocasiones estas respuestas no son siempre positivas. La inteligencia emocional es esa capacidad de gestionar las emociones, permitiéndonos pensar y controlar las reacciones frente a determinados estímulos. Como consecuencia, la inteligencia emocional no ayuda a mejorar tanto el entorno personal como el laboral.
– Empatía: es esa virtud de poder ponerse en los zapatos de los demás, permitiendo comprender las crisis de los otros y generar un espacio más armonioso con los que nos rodean ya que podemos entender que el ánimo de los demás puede variar según los problemas que tengan.
– Eficiencia: es necesario entender que en estos tiempos no solo se requiere ser organizado, sino que es necesario también ser eficientes, es decir, lograr el resultado esperado en el menor tiempo posible sin retrabajos ni tropiezos en el camino.
– Innovación: algo que hoy día escuchamos frecuentemente, la necesidad de reinventarse; es importante generar nuevas ideas para permanecer dentro del mercado y apoyarnos de herramientas para crear, usándolas con una menta abierta y dispuestos a salir del molde o lo convencional.
– Adaptabilidad: los negocios están cambiando de manera muy acelerada y debemos contar con la capacidad de transformarnos con flexibilidad según se requiera, de manera rápida para mantenernos vigentes en el mercado.
– Resiliencia: esta es una habilidad que lleva tiempo desarrollarla; es esa capacidad para enfrentar o superar una dificultad o situación traumática con una fuerza especial que surge para afrontar lo que venga y salir adelante.
– Delegar: esta es una de las tareas más complejas dentro del liderazgo porque se requiere aprender a confiar en los colaboradores y permitir que desempeñen sus funciones con autonomía sabiendo que van a desarrollarlas de manera correcta, sin estar en una constante supervisión.
– Motivación: no es sencillo estar con un buen ánimo todos los días, sin embargo, mantener un espíritu positivo que inspire lo que haces y a los que te rodean es una manera de mantener la motivación necesaria para lograr alcanzar las metas del negocio.
– Escucha activa: la comunicación asertiva es de dos vías: hablar y escuchar. Para lograr una buena comunicación es necesario prestar atención a lo que nos dicen, sean clientes, compañeros de trabajo, amigos o familia. Detenernos a escuchar de manera consciente a las personas que nos rodean nos puede evitar muchos problemas y ayudar a encontrar soluciones de manera más rápida.
– Autoevaluación: es necesario reconocer las fallas que tenemos y que hemos cometido, pero no para lamentarnos sino para reconocer esas debilidades y poder solventarlas con capacitaciones o buscando equipos que tengan esas fortalezas y nos complementen.
A continuación les dejo 3 tips para que puedan trabajar algunas de estas habilidades blandas y seguir mejorando.
A) Define los objetivos de tu futuro: para mejorar las habilidades blandas es importante sentarse y realizar un autoanálisis de uno mismo, de cuáles son mis características positivas y en qué áreas tengo carencias. A partir de esta evaluación podemos trazar un camino para mejorar nuestras acciones y día con día visualizar cómo queremos ser en el futuro, y lo que tenemos que hacer para ser esa mejor versión.
B) Practicar constantemente: si queremos mejorar una habilidad debemos trabajar en ella todos los días, practicar y practicar de manera constante en todos los espacios de nuestra vida: frente al espejo, con los amigos, en todos los contextos. Importante que al final del día evaluemos las actividades que salieron bien e identifiquemos qué cosas pueden mejorarse.
C) Buscar fuentes que te ayuden o asesoren: nadie es experto en todo, es necesario entender que debemos dejarnos ayudar y apoyar por otras personas expertas en el área en la que nosotros tengamos alguna debilidad, permitiendo mejorar de una manera adecuada y hasta más rápida.
Espero que estos tips sean de utilidad para ustedes como líderes y para el entorno dentro de sus negocios. Si desean tener una asesoría para conocer más respecto a cómo desarrollar sus habilidades blandas para tener una mejora significativa en sus PYMES no duden en acercarse a Shared Value Consultores.
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